viernes, 3 de octubre de 2008

El secuestro



Tres días antes del secuestro, Pelayo, Martha Garzón y un segundo hombre, Orlando Ovalle Moreno, a quien las autoridades identifican como compañero sentimental de la mujer (y que fue recapturado la noche del martes), recorrieron varias zonas de Chía, Tenjo y veredas cercanas para buscar el sitio donde dejarían al niño.
A las 7 p.m. del miércoles 24, Pelayo dejó a Ivonne y a su hijo en la casa, en la vereda Tíquiza. Quería cerciorarse de con quién quedaba Ivonne, que residía allí con una tía que no estaba ese día. Ivonne vio televisión, le dio de comer a Luis Santiago y lo durmió.
Una hora después escuchó ruidos. Cuando se levantó se encontró de frente un encapuchado que se lanzó sobre ella y la golpeó. El hombre, dijo un investigador, tiene la cara rasguñada, pues en el forcejeo la madre logró arrancarle el pasamontañas. La Policía, tras la investigación, lo identificó como Jorge Ovalle.
"¿Dónde está la plata?", gritaba el secuestrador. Por eso ella asoció al comienzo que el plagio tenía que ver con los 8 millones de Pelayo. Al final, los delincuentes se llevaron a Luis Santiago. En la fuga, una media del niño se enredó con el alambre de una cerca. Ese detalle, que le faltaba una media, les dijo desde el primer momento a los policías que ayer encontraron el cuerpo de un bebé en el cerro Tíquiza que se trataba de Luis Santiago.
Cuando habían transitado 1,9 kilómetros, arrojaron al chiquillo en el sitio donde ayer terminó la búsqueda, a las 7:30 de la mañana. Pelayo había descrito el lugar.
El bebé estaba entre el rastrojo, a unos cuatro metros del camino.

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